Una vez en el laboratorio, las plantas recolectadas se separan en raíces, tallos y hojas. Cada parte se pesa por separado para cuantificar su biomasa. Luego se lavan alícuotas de cada parte, que se secan en la estufa para su posterior análisis.
Una vez en el laboratorio, las plantas recolectadas se separan en raíces, tallos y hojas. Cada parte se pesa por separado para cuantificar su biomasa. Luego se lavan alícuotas de cada parte, que se secan en la estufa para su posterior análisis.