Las lluvias de verano han contribuido a la erosión del suelo de la parcela en algunas zonas, dejando en superficie laminaciones de residuo minero endurecidas que, si bien perjudican el crecimiento de las plantas y propician la escorrentía, ralentizan la formación de cárcavas debido a su dureza.
![](https://fiambres.es/wp-content/uploads/2022/10/LAMINACIONES-IMG_20221003_102930-copia-1024x768.jpg)
![](https://fiambres.es/wp-content/uploads/2022/10/LAMINACIONES-IMG_20221003_102940-copia-768x1024.jpg)